En ciertos momentos de nuestra vida, nos sentimos perdidos y no sabemos qué camino es mejor para nosotros o qué decisión nos hará más feliz. En este caso, es cuando pedimos la opinión de nuestros seres queridos, para que nos orienten o simplemente para escuchar diferentes versiones, porque al final, somos la última palabra. Con esto me refiero a los dilemas como: no se que estudiar, no se que hacer, no sé en qué trabajar, ¿qué hago?
A veces parece fácil pero otras no tanto. Entonces es ahí cuando empezamos a pensar, a barajar los posibles caminos que tenemos, la incertidumbre de poder equivocarnos o pensar que no lo tenemos claro. Pero no somos conscientes de que tenemos tiempo para decidirlo, porque la vida nos presenta circunstancias en las que debemos actuar de inmediato.
Pensar las cosas bien y con tiempo, nos ayuda a tomar mejores decisiones, pero debemos tener en cuenta que existen las malas influencias, que a veces no pensamos detenidamente y nos dejamos llevar por los impulsos o incluso tomamos decisiones que no nos agradan. Y llegan los fallos, los arrepentimientos, o incluso acertamos y salimos beneficiosos.
Siempre cabe la posibilidad de dar marcha atrás, pero hay que saber cuando es el momento correcto para corregir los errores o tomar otro camino distinto, más que nada porque hay decisiones que no solo nos influyen a nosotros, también perjudican a nuestros amigos, a nuestras parejas, a nuestras familias y a nuestro entorno. Es por eso, que algunas veces nos dejamos en segundo plano porque pensamos primero en los demás, en lo que le gustaría a mi madre que yo estudiara o lo que mi pareja haría por mi. Está bien pensar en los demás, pero hay que ser consecuentes con los resultados.
Todos cometemos errores y lamentamos malas decisiones. Es por eso que la experiencia juega un papel importante en la toma de las nuevas determinaciones, pero nunca viene mal arriesgarse y saltar al vacío, porque de ahí que nuestras experiencias aumenten para fortalecer nuestro futuro. Lo más importante es que debemos aprender y evitar tropezar con la misma piedra.
Por todo ello, hay que escuchar más lo que nuestro corazón siente, lo que realmente nos hace feliz o pensamos que nos lo haría y decidir por nosotros mismos con ayuda de los demás. Esto no significa que no nos equivoquemos de nuevo, sino que nos sintamos realizados y satisfechos con lo que tenemos y con lo que decidimos, porque así es cuando nos sentimos agusto con nosotros mismos.
Debemos abandonar el miedo, porque a veces ganaremos, a veces perderemos, pero debemos atrevernos a elegir según nuestros propios sentimientos.
HOla Cristina!
ResponderEliminarQué reflexión tan importante la que has hecho y que poco nos paramos a pensarlo. En muchas ocasiones tomamos decisiones a la ligera de las que luego nos arrepentimos, ya sea por presión, falta de tiempo para pensar o mismamente porque requiere que sea al momento.
A veces nos frustramos porque la decisión que tomamos no es la correcta pero con el tiempo tenemos que aprender a aceptar que por un error no vamos a perder nada sino que, dicho error conlleva un aprendizaje que debemos saber valorar.
Estos errores también pueden ser aciertos a largo plazo o simplemente nos sirven para ser capaces de poder ver una respuesta más clara.
Sobre todo lo más importante es escucharnos a nosotros mismos y seguir nuestros sentimientos.
Un saludo!!
Gran reflexión Desirée, estoy de acuerdo contigo en que los errores en un futuro se pueden convertir en aciertos, pero no somos conscientes de ello y tendemos a pensar negativamente. Por lo que hay que tener los pies en la tierra y darnos cuenta de que hoy no, pero mañana tal vez.
EliminarUn saludo :)
Esta reflexión me ha llevado a considerar que la vida se reduce a saber elegir la opción correcta en el momento oportuno. Continuamente no dejan de plantearse situaciones que nos obligan a tomar opción por una respuesta u otra. La elección de la respuesta oportuna es la que determinará el rumbo de nuestra existencia. Por eso hay que saber qué opciones debemos tener en cuenta para la toma de decisiones. La experiencia, la opinión de los demás, el estudio, etc. En definitiva, se trata de reunir los mejores elementos de juicio que nos permitan dar con la opción más acertada en cada momento.
ResponderEliminarComo tu bien has dicho Ana, debemos conocer las opciones que tenemos para elegir la correcta o la que más feliz nos vaya hacer en el momento correcto. Hay veces que no nos damos cuenta o no queremos, porque no nos atrevemos. Por eso, de nosotros depende tomar el camino correcto teniendo en cuenta todos los elementos que has mencionado.
Eliminar